Dios ha puesto en nuestro corazón compartir las bendiciones de la palabra contigo, para que la bendición del matrimonio se multiplique. El Señor le habló a mi esposa y le indicó la base bíblica para desarrollar está bendición para su pueblo: 1ª de Corintios 11:11 Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón
martes, 3 de febrero de 2015
EL PRINCIPIO DEL ALMA IMPACIENTE. Segundo principio que te puede llevar a la destrucción económica. Evítalo a toda costa.
En la parábola del padre amoroso, lo primero que llevó al hijo menor por el camino de la destrucción económica es el haberse permitido tener un corazón infeliz: insatisfecho con las cosas que ya tenía. Lo segundo que lo llevó a la ruina fue el haber tenido un alma impaciente.
Este joven ya tenía asegurada una herencia; sin embargo, él no quería esperar a que su padre falleciera para recibirla. En lo profundo de su ser, de su alma, sufría de impaciencia crónica; y esa impaciencia lo llevaría finalmente a la destrucción económica.
El joven no solamente demostró su alto nivel de impaciencia con respecto al tiempo de traspaso de la herencia, sino que, una vez que le fue entregada, vendió inmediatamente todas las posesiones recibidas.
Un alma impaciente te llevará al desastre. Decía el Rey Salomón que los planes del diligente de seguro llevan a una persona por el camino de la abundancia, pero todo aquel que se apresure alocadamente, ciertamente termina en la pobreza.
A partir de este día, tú deberás considerar el manejo del dinero y el manejo de las actividades que generan tus ingresos con una perspectiva de largo plazo. No mirarás solamente lo que es conveniente en el presente. Considerarás lo que es conveniente en el resto de tu vida, e incluso qué es conveniente para tus hijos y los hijos de tus hijos.
No siempre las ganancias son lo mejor.
Considera la siguiente historia:
“Un mercader llegó hasta el palacio de un rico comerciante y le dijo: Vuestra merced es el hombre más rico que ha existido en la historia de estas tierras. Yo son un simple inversionista. Le propongo un trato: Hoy yo le daré 500,000 denarios. A cambio, usted me dará mañana uno, pasado mañana dos; al tercer día cuatro; luego ocho y así duplicará la cantidad de denarios que me entrega cada día durante los próximos treinta y ocho días. ¿Qué le parece? El segundo mercader aceptó inmediatamente, y esa noche fue a celebrar con su familia la tontería del primero, que le regaló tal suma de dinero a cambio de tan poco ¿Quién hizo el mejor negocio?
Grande fue la ira del segundo mercader cuando, al final de los treinta días, tuvo que devolver no sólo los 500,000 denarios, sino también entregar todo el oro que su familia había acumulado durante generaciones, vender todas sus propiedades, entregar todos sus negocios y aun así no poder pagar completamente los más de cuatro mil millones de denarios que le costó el trato.
Esta historia nos muestra que la mejor manera de llegar a la abundancia es a través de la acumulación de pequeñas cantidades, en forma constante a lo largo del tiempo, no esperando ganar en un negocio o un trato lo que necesitas para vivir el resto de tu vida. Muchos mercaderes y negociantes se “apresuran alocadamente” y eso los lleva a la ruina”.
Si quieres ser una persona que sepa administrar capitales, debes decidir hoy mismo, hacer dos cosas:
1. Debes comenzar a ahorrar de forma regular una pequeña cantidad de dinero cada vez que realices un negocio.
2. Debes sumar a tu carácter dos cosas fundamentales: paciencia y perseverancia.
La perseverancia es esencial para lograr tus metas a largo plazo. Debes saber esperar y debes saber persistir hasta alcanzar lo que quieres, sin importar los fracasos. Lo más importante en nuestra vida no es no haber caído nunca, sino que cada vez que nos hemos caído… ¡nos hemos levantado! Las cosas difíciles necesitan mucho tiempo para ser conquistadas, las imposibles necesitan un poco más. El famoso poeta y escritor Persius dijo una vez en Roma “Aquel que persevera, ¡conquista!” y tenía mucha razón. Salomón nos enseña que el justo podrá caer siete veces, pero se levantará; más los malvados se hunden en su desgracia (Proverbios 24:16).
Una de las razones por las que la gente tiene tantos problemas de deudas en la actualidad es que tenemos millones de adolescentes que tienen entre treinta y cuarenta años de edad. Es cierto que cronológicamente tienen treinta y cinco, quizás treinta y siete, ¡pero mentalmente no han pasado de los dieciocho!
La madurez implica paciencia, perseverancia, integridad, honestidad, transparencia en las relaciones, amor comprometido, compasión por los demás y una buena dosis de dominio propio. Cuando desarrollamos esas tendencias en nuestro carácter, no hay lugar en el mundo donde no podamos sobreponernos a cualquier crisis económica.
Nuestro carácter y nuestros valores en la vida, determinarán el rumbo que habremos de seguir cada vez que nos enfrentemos a una nueva alternativa financiera. Nuestro carácter es como un boomerang: finalmente volverá para ayudarnos o golpearnos.
Por ejemplo: si nunca gastamos más de lo que ganamos es muy difícil caer en deudas. La razón más común por la que la gente cae en deudas, es que gasta dinero que espera recibir en el futuro, pero que no tiene en el presente. Nos creemos los anuncios que dicen “Compre ahora y pague después”. No estamos dispuestos a ahorrar primero y pagar después.
Entonces, cada vez que gastamos dinero que no tenemos, hay un precio que pagar llamado intereses y en el siglo XXI, cuando hablamos de intereses, el juego se llama “El que paga ¡pierde!”, o en su caso hay fraudes como FICREA en este año 2015.
Cada vez que pagamos intereses perdemos un poquito aquí y un poquita allá. Al final de varios años, esos “poquitos” se acumulan y se convierten en importantes pérdidas, cómo lo comenté en algún otro artículo sobre el gasto hormiga.
Piensa en lo que decidirías si alguien te ofrece lo siguiente: ¿Qué prefieres mil pesos ahora mismo o dos mil dólares cuando termines de leer este artículo? Si contestaste dos mil pesos para cuando termines de leer este artículo, entonces hiciste uso de un concepto que es esencial para el éxito económico: La Gratificación Diferida.
Gratificación diferida es la capacidad que tenemos de negarnos una gratificación el día de hoy, porque sabemos que si nos sacrificamos hoy, estaremos mucho mejor el día de mañana. Nuestros abuelitos lo sabían y lo practicaban muy bien.
Nosotros pertenecemos a la primera generación que no solamente se gasta cada moneda que tiene encima, sino que también nos estamos gastando el futuro de nuestros hijos ¡y de los hijos de nuestros hijos!
Podemos demostrar paciencia y perseverancia en el trabajo
Tomado de Soldados de Jesucristo
A veces los cristianos podemos cometer el error de creer que al tener un trabajo no podemos glorificar tanto a Dios, como si estuviéramos a tiempo completo en la obra. ¿Qué nos dice Dios al respecto? ¿Es eso cierto?
El apóstol Pablo, en su carta a los Colosenses, capítulo 3 nos habla de todo lo que ha hecho Cristo en nosotros y como eso ha de manifestarse de maneras concretas, con cambios específicos en nuestras vidas. A grandes rasgos nos dice que debemos hacer morir lo terrenal en nuestras vidas y tener una perspectiva correcta con respecto a las cosas del mundo y las cosas del cielo.
Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. (Colosenses 3:17)
Lo anterior no deja nada fuera, dice “y todo” lo que hacéis, eso incluye las cosas dentro y fuera de la iglesia, en nuestro hogar, en nuestro trabajo, en nuestra universidad, en nuestros colegios, con nuestros vecinos, etc. Todo hay que hacerlo en el nombre del Señor, como principio general.
Luego, unos versículos más adelante (22 al 24), en su contexto nos habla específicamente sobre amos y esclavos, práctica que era muy común en esos tiempos, no obstante, el principio bíblico que se enseña ahí, se puede aplicar hoy en día a jefes y empleados:
Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. (Colosenses 3:22-24)
En el versículo 23 vuelve a utilizar la palabra “todo”, lo que hagáis. Nada queda excluido, absolutamente todo lo que hagamos debemos hacerlo de corazón como para el Señor. Si somos capaces de hacer todo como para el Señor, no solo podremos agradarle, sino que además recibiremos recompensa en el cielo. Servir a Cristo no es un sacrificio, es una bendición y un honor.
Algunas maneras prácticas en que podemos glorificar a Dios en el trabajo pudieran ser:
• Llega temprano al trabajo. Hay trabajos que son flexibles en el horario de entrada, que eso no signifique que te relajes llegando a abusar.
• Llega temprano de vuelta del almuerzo. Hay muchos trabajos donde no se controla la hora de almuerzo, no obstante, si tienes una hora de almuerzo, no te tomes más de una.
• Cumple con las metas o hitos que te impongan. Sé que muchas veces esas metas o hitos son poco realistas. Esfuérzate por cumplirlas de igual modo.
• Si puedes hacer más de lo que te piden, hazlo.
• No pierdas el tiempo en redes sociales. Hay trabajos donde no se prohíbe el uso de éstas. Que no sea ocasión para abusar o para distraerte de tus obligaciones.
• Obedece a tus jefes, aunque no siempre tengan la razón. Por supuesto esto excluye lo que va contra la Palabra de Dios, pero obedece, Dios nos manda eso en el versículo 22.
• Comparte “prudentemente” el evangelio. Jesús nos dejó la gran comisión, de ir por el mundo y predicar el evangelio, ello debe ser parte fundamental en nuestra vida y por cierto también en el trabajo. Lo de prudente lo digo porque debes ser sabio en la manera en que lo haces, muchos pueden parecer fanáticos religiosos al hacerlo y terminar alejándolos aún más del evangelio. Otros puede que prediquen bien el evangelio, no obstante al ser un mal testimonio en su trabajo (por ejemplo con los puntos anteriores), quizás parezca hipócrita y el mensaje pierda sentido. Esfuérzate en ser un buen testimonio siempre y ser de apoyo bíblico cuando veas a alguien en problemas o en necesidad.
• Trata de ser alegre en tu trabajo. ¿Qué tiene eso que ver? Pues, ¿Puedes decir que Cristo te ha cambiado y que ahora tienes gozo en Él, aún en pruebas y tribulaciones, y que te da la paz que sobrepasa todo entendimiento, si nunca estás alegre?
Todo lo anterior y muchas cosas más puedes hacer para ser un buen siervo, pero no lo hagas solo para agradar a tu jefe. Pon atención a la advertencia que nos hace el versículo 22. Podemos agradar a hombres, pero al mismo tiempo no estar agradando a Dios. Agradar y glorificar a Dios debe ser nuestra meta.
Cuando por la gracia de Dios somos salvos, entonces tenemos vida nueva. Cristo y nadie más que Cristo pasa a ser nuestro Señor, Le pertenecemos y solo a Él debemos servir. Si somos conscientes de ello y lo aplicamos en nuestras vidas en todo lo que hagamos, podremos mostrar verdaderamente cómo el evangelio de Dios es capaz de cambiar a un pecador, el mundo verá que somos distintos, que “hay algo” que nos hace realizar todo de manera excelente, y de ese modo nuestras vidas estarán mostrando en la práctica el evangelio transformador de Cristo.
Podemos y debemos glorificar a Dios en nuestro trabajo, solo debes recordar que ¡Trabajas para Dios y no para el mundo!
Preguntas para contestar
Te recomiendo considerar las siguientes preguntas, y tú mismo dale respuesta a cada una de ellas:
• ¿En qué áreas de tu vida necesitas ejercitar la paciencia?
• ¿Cuáles son las cosas que desearía tener ahora mismo, pero has decidido que vas a esperar para tenerlas hasta que el momento sea el apropiado?
• ¿Cuáles son las situaciones en las que estás tentado a dejar de perseverar?
• Haz una lista de las diferentes maneras en que puedes ahorrar dinero en forma regular.
• ¿Qué tipo de problemas te están creando las tarjetas de crédito?
• ¿Cómo crees que la falta de paciencia te ha llevado a tener los problemas económicos que tienes en estos momentos?
• ¿Cuáles son las cosas que te desaniman, y que te juegan en contra a la hora de perseverar?
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